viernes, 24 de mayo de 2013

UNA BREVE SÍNTESIS SOBRE “Democracia y Educación” Dewey J, (1998)


By: Mg. Carlos Alberto Guanoquiza
Profesor de la Escuela Indoamérica
Saquisilí - Cotopaxi - Ecuador
Docente de la Universidad Técnica de Cotopaxi
Latacunga - Cotopaxi - Ecuador
2013

INTRODUCCIÓN
John Dewey nació en Burlington (Vermont) en 1859. Se graduó en la Universidad de Vermont en 1879, luego continuó sus estudios en el departamento de filosofía de la universidad John Hopkins. Dewey fue el filósofo norteamericano más importante de la primera mitad del siglo XX. Su carrera abarcó la vida de tres generaciones y su voz pudo oírse en medio de las controversias culturales de los Estados Unidos (y del extranjero) desde el decenio de 1890 hasta su muerte en 1952, cuando tenía casi 92 años. A lo largo de su extensa carrera, Dewey desarrolló una filosofía que abogaba por la unidad entre la teoría y la práctica, unidad que ejemplificaba en su propio quehacer de intelectual y militante político. Su pensamiento se basaba en la convicción moral de que “democracia es libertad”, por lo que dedicó toda su vida a elaborar una argumentación filosófica para fundamentar esta convicción y a militar para llevarla a la práctica (Dewey, 1892, pág. 8)
SÍNTESIS
Los seres humanos se diferencian de los animales, debido a que éstos están en constante renovación, la cual se da a través del tiempo y la educación.
La sociedad existe mediante un proceso de transmisión, la cual se la realiza por medio de la comunicación de hábitos de hacer, pensar y sentir de los más viejos a los más jóvenes, siendo éstos, una manera de educar.
Toda organización social que es vitalmente compartida, es educadora, por lo que, es necesario diferenciar entre lo que es educación incidental y educación intencionada. La educación incidental (la que se obtiene de  vivir con los demás)  no expresa la razón de la asociación, se traspasa de generación en generación, y la educación deliberada o intencionada, es la educación formal.
Así, a medida que la sociedad avanza, se produce un alejamiento entre las capacidades de los jóvenes y las ocupaciones de los adultos. Aumenta la necesidad de la enseñanza y aprendizaje sistemático. Surgen así las organizaciones, las escuelas, y  la tarea de enseñar queda  relegada únicamente a un grupo especial. Sin embargo, existe el peligro de que el material de la instrucción sistemática sea aislado de los temas de las experiencias de vida. Es por esto que debe existir una estrecha relación entre estos dos tipos de educación.
Así, la educación se entiende como el proceso de dirigir o encauzar a los miembros inmaduros de la sociedad, y provocar así, la permanencia de las costumbres y tradiciones. No obstante, existen actividades que pueden ser modificadas producto del entorno, que pueden influir en los impulsos y aspectos internos de los individuos, lo que permite una liberación de las limitaciones impuestas por su grupo social.
La función principal de la educación consiste en dirigir, controlar y guiar a los individuos a potenciar sus capacidades naturales, conforme al plan establecido por la sociedad, en busca de un fin comunitario. Para ello, es necesario controlar los actos de los seres, y evitar que se desvíen y se pierda el equilibrio.
La interacción entre los individuos es fundamental, pues mediante ella los seres se hacen partícipes en las acciones y sus cambios, sin olvidar la dirección que debe trascender en el tiempo de modo conciente y significativo. Esto, debido a que sólo cuando se adquiere un sentido social de las actividades, el ser realmente sabe lo que hace, se siente y forma parte de una comunidad.
Los rasgos principales de la inmadurez comprenden la dependencia y la plasticidad, y de esta última  junto a la necesidad de los demás, depende el crecimiento. Ambas condiciones se dan plenamente en la infancia  y la juventud. Las doctrinas pedagógicas son las que llevan a este crecimiento. La educación se define como la adquisición de hábitos que efectúan un ajuste del individuo y su ambiente. Estos hábitos significan formación de disposiciones intelectuales y emotivas, Los hábitos se oponen a la rutina que marca una detención, y el proceso educativo constituye una misma cosa con el crecimiento,  no tiene otro fin más que en sí mismo, es un proceso de reorganización, reconstrucción y transformación continua.
Sustentando que la educación es un desenvolvimiento desde adentro hacia afuera, el crecimiento es un medio de hacer explicito lo implícito, puesto que no puede hacerse un uso definido de lo que no está explicito, tiene que encontrase algo para representarlo. Según Froebel, el valor simbólico místico de ciertos actos y objetos, representa el todo absoluto que se halla en el proceso de desenvolvimiento. Según Hegel, las instituciones existentes son sus representantes efectivos actuales.
El valor que se le da a las primeras experiencias de los seres que aún son inmaduros, es lo más relevante, sobre todo a causa de la tendencia a considerarlas como de poco valor. Pero el detalle está, en que la experiencia no consiste en el material que se presenta  externamente, sino en la alteración de las tendencias congénitas por el ambiente que modifica las actividades como el ambiente en forma progresiva.
Una sociedad es democrática, en la medida que facilita la participación en sus bienes y de todos sus miembros en condiciones iguales, esta sociedad debe tener un tipo de educación que entregue a los individuos un interés personal en las relaciones y el control social, y de hábitos que produzcan los cambios sociales.
Los fines de la educación se refieren siempre al resultado de todo proceso natural traído a la conciencia, y convertido en un factor para determinar la observación presente y la elección de los modos de actuar.
No tiene sentido hablar de una finalidad educativa, cuando cada acto esta guiado por el maestro, sino, que un fin implica actividades ordenadas con una terminación progresiva del proceso. Por lo tanto, actuar con un fin equivale a actuar con capacidad. Los fines significan la aceptación de responsabilidades por las observaciones, anticipaciones y arreglos requeridos para realizar una función.
La naturaleza como proveedora del fin, se refiere a que la educación es un proceso de desarrollo de acuerdo con la naturaleza y en oposición a lo social.
La pedagogía, en oposición al convencionalismo que se encuentra en su entorno, propende a recurrir a la naturaleza como norma, es decir, supone que la naturaleza a de aportar la ley y el fin del desarrollo, entonces, hay que dejar que la naturaleza haga su labor, pues con ella se desarrolla el organismo, se adquiere capacidades, experiencias personales, constituyéndose la educación de la naturaleza.
El fin del desarrollo natural se traduce en el fin del respeto a la movilidad física, el niño está siempre en movimiento, por lo tanto la función de la naturaleza es fortalecer el cuerpo, en concreto, la naturaleza atiende al papel real desempeñado por el uso de los órganos corporales en las exploraciones y en el manejo de materiales.
La eficacia social como propósito educativo debe significar el cultivo de la libertad para realizar actividades compartidas y comunes.
Cuando se habla despectivamente de interés en educación, significa designar algún carácter de seducción a un material por otra parte indiferente, lograr la atención y el esfuerzo ofreciendo un soborno de placer. Este procedimiento es estigmatizado adecuadamente como pedagogía “suave” como una educación de “cantina benéfica”. Pero la objeción se basa en el hecho o suposición de que no tienen interés en sí, las formas de destreza que han de adquirirse y la materia de estudio que ha de apropiarse, sino que el interés está en descubrir objetos de acción que se hallen en conexión con las facultades o capacidades presentes.
En cuanto a la disciplina, se puede mencionar que, cuando una actividad necesita tiempo, cuando se encuentran muchos obstáculos entre su iniciación y su terminación, se requiere deliberación y persistencia.
Una persona que está preparada, que sea capaz de considerar sus acciones, para emprender voluntariosamente, es una persona disciplinada. Un ser con disciplina utiliza su voluntad y desarrolla su atención y pensamiento, mediante la experiencia, en que se le da sentido y se establece una conexión entre lo que se realiza  y sus consecuencias.
El interés y la disciplina están conexionados y no en oposición, debido a que éstos son aspectos correlativos de la actividad que tiene un fin.
La naturaleza de la experiencia solo puede comprenderse observando que incluye un elemento activo y otro pasivo combinados. Por el lado activo, la experiencia es ensayar un sentido que se manifiesta en el termino conexo “experimento”. Por el lado pasivo, es sufrir o padecer. Cuando experimentamos algo actuamos sobre ello, después sufrimos o padecemos sus consecuencias. En tales condiciones, el hacer se convierte en un ensayar, un experimento con el mundo para averiguar como es, y el sufrir en instrucción, es decir, en el descubrimiento de la conexión de las cosas.
El pensamiento se refiere a la reflexión en la experiencia, es el discernimiento de la relación que existe entre lo que tratamos de hacer y lo que ocurre como consecuencia, además, implica preocupación por el resultado, debido a la identificación de las acciones con nuestro propio destino. Todas las experiencias tienen una fase, llamada “ensayo” y “error”, es decir, si fracasamos en algo hacemos otra cosa y seguimos ensayando hasta que damos con algo que nos permite seguir nuestro camino. Por lo tanto, el método extiende nuestro control práctico, porque nos damos cuenta si faltan algunas de las condiciones o los antecedentes necesarios, y así trabajamos para obtenerlos.
El pensamiento en la educación está relacionado con el método, el método es pensar. Nadie duda teóricamente de la importancia de fomentar en la escuela los bueno hábitos de pensar, pero no es de la misma manera en la práctica. La única senda directa a la mejora permanente en los métodos de instrucción y aprender consiste, en concentrarse sobre las condiciones que exigen, promueven y comprueban el pensar. El pensamiento es el método de aprender, que emplea y recompensa el espíritu. El método de pensar, es importante en educación, y hay que tener en cuenta, que el pensar es el método, el método de la experiencia inteligente. Este método que tiene éxito en la educación, produce reflexión en la vida, da a los alumnos algo que hacer, no algo que aprender, y el hacer es de tal naturaleza, que exige pensamiento o la observación intencional de conexiones, el aprender se produce naturalmente.
Los procesos de instrucción, se unifican en la medida en que se centran en la producción de buenos hábitos de pensamiento, el cual constituye el método de la experiencia educativa.
Al referirse a método, el autor lo plantea como el modo por medio del cual se puede entender la materia a estudiar. Se deja en claro, que se debe mirar el método y la materia a estudiar como un todo, debido a las múltiples interacciones que existen entre ambas, las que finalmente dan paso a la experiencia. Se pueden distinguir los métodos generales e individuales, los primeros son compartidos por todos los sujetos, y se generan como consecuencia de asuntos tales como: conocimiento del pasado, de las técnicas, de los materiales, de los modos que permiten obtener los mejores resultados. Los individuales en cambio, varían de un sujeto a otro, según varían sus capacidades instintivas originales, experiencias pasadas y sus preferencias.
Por otro lado, la materia de estudio es un conjunto de significados que proporcionan un contenido a la vida social existente. Desde el punto de vista del educador,  la materia de estudio representa recursos activos y el capital disponible.
El juego y el trabajo se corresponden etapa por etapa, con los rasgos de la etapa inicial del conocimiento que consiste en aprender, en cómo hacer y familiarizarse con las cosas. Conviene no confundir entre el juego y el trabajo, ya que la característica del juego  no es la diversión ni la carencia de fin, sino, que es una actividad en el mismo sentido, sin definir la continuidad de la acción con referencia a los resultados producidos.  A mayor complejidad de la actividad, mayor será la atención que capte de los alumnos y mayores también serán los resultados alcanzados, transformándose gradualmente en trabajo.
Debido a la riqueza de información que poseen, la geografía y la historia son consideradas como dos grandes recursos para producir la ampliación de una experiencia personal,  ya que proporcionan los caminos directos o interesantes para penetrar en el mundo de los significados. Mientras la historia revela las implicaciones humanas, la geografía revela todas aquellas conexiones naturales en las que estamos inmersos.
La ciencia es aquel conocimiento producto de los métodos de observación, reflexión y comprobación, que se adoptan deliberadamente para obtener una materia establecida y asegurada. Como todo conocimiento, es un resultado de la actividad que produce ciertos cambios en el ambiente, y la ciencia es el perfeccionamiento del conocer. La ciencia genera progreso  social, ya que es capaz de emancipar una idea del contexto  particular, y darle un sentido más amplio  es poner a disposición del hombre el resultado de toda experiencia de un individuo.
El termino valor tiene dos significaciones diferentes: la aptitud de apreciar una cosa encontrándola valiosa intrínsicamente (apreciar) y el carácter, es un acto intelectual para evaluar. La materia se construye con ambos valores y no debiesen separarse, ya que están presentes en la fase del desarrollo.
He aquí la función de la educación, de luchar contra el asilamiento y que puedan actuar recíprocamente. La educación genera un núcleo social democrático que lucha contra el asilamiento.
En términos educativos, la educación se divide en liberal referida a la vida como un  autoconocimiento, fundado en el ocio como conocimiento  por su propia causa, y, otro tipo con un sentido práctico y de utilidad, dejando de lado lo que está definido de manera intelectual (educación mas mecánica).
El problema de la educación en una sociedad democrática, es suprimir el dualismo (no desea que se deba optar por más liberal o más pragmática) pretender un plan de  estudios que  considere a ambos tipos de educación.
A raíz del surgimiento de la filosofía, nace esta contraposición entre lo intelectual (razón) y lo práctico  (experiencia). La razón es exaltada y lo práctico disminuido. La experiencia deja de ser empírica y es experimental, y la razón deja de ser una facultad remota e ideal, y se entiende como todos los recursos en los cuales fecunda los significados. 
La división de la educación se refleja en la filosofía dualista, donde se considera al espíritu y al mundo como dos reinos de la existencia, que son independientes pero que tienen algunos puntos en común. Es así como los estudios naturalistas son indispensables, pero sólo lo son en interés de los fines humanistas. Es decir, es una etapa necesaria para llevar el espíritu a la comprensión de la existencia humana. La educación debiese tomar su punto de partida de la estrecha interdependencia entre los estudios humanistas y los naturalistas. Es decir, facilitar ambas disciplinas y no separarlas, ya que los alumnos se encuentran con ambas en su vida diaria.
Una sociedad democrática, debe permitir la libertad individual y el juego libre de las diferentes capacidades e interés en sus medidas educativas, a través del espíritu, como puramente individual, y el espíritu individual, como agente de la reorganización. Además, es necesario que los alumnos trabajen en relación con otros, ya que a veces ciertas capacidades se presentan sólo cuando están en interacción con sus pares.
La vocación, es la dirección de las actividades de la vida de la naturaleza que son significativas para la persona. La única preparación adecuada para una ocupación es mediante el desarrollo de la misma.  Es así, como la vocación permitiría que las cosas se hicieran con más agrado, ya que la inteligencia se ejercita mejor dentro de la actividad que pone la naturaleza al servicio del hombre. Descubrir que uno tiene una aptitud para hacer y lograr algo es la llave de la felicidad. Según Platón, este trabajo debe hacerlo la educación, descubrir para que las personas son buenas.
Se ha definido la filosofía como formas que implican una cierta generalidad, totalidad y última relación de la materia y el método. Respecto a la materia, la filosofía es una tentativa para comprender, esto es, para reunir los diversos detalles del mundo y la vida en un solo todo comprensivo, que o bien debe ser una unidad o como en los sistemas dualistas, debe reducir los detalles plurales a un pequeño número de principios últimos. La palabra filosofía está expresada en el amor a la sabiduría. La ciencia se relaciona con los hechos, con el actuar, en cambio la filosofía tiene que ver con la actitud hacia las consideraciones que gobiernan la conducta.
Si estamos dispuestos a concebir la educación como el proceso de formar disposiciones fundamentales, intelectuales y emocionales respecto a la naturaleza y los hombres, la filosofía puede incluso definirse como la teoría general de la educación. Además, como la educación es el proceso mediante el cual puede realizarse la transformación necesitada y no seguir siendo una mera hipótesis respecto a lo que es deseable, alcanzamos una justificación de la afirmación de que la filosofía es la teoría de la educación como una práctica deliberadamente dirigida.
Los empiristas o prácticos plantean que su inteligencia va a estar relacionada con la contemplación de los sentidos, son los realistas que  están en conocimiento directo de las cosas y se adaptan directamente a  ellas. Los idealistas se preocupan por el significado de las cosas y las trasladan a un mundo religioso y espiritual. Por otra parte, también están los preocupados por el progreso, su conocimiento esta en cambiar los conocimientos que recibieron y transformarlo en conocimiento  individual.
El problema más importante de la educación moral es la relación  entre el conocimiento y la conducta, porque a menos aprendizaje o educación, la conducta moral es peor. Cuando no existe la conexión orgánica entre los métodos y el conocimiento del desarrollo moral, hay que recurrir a disciplinas particulares. Esto permite no trabajar bajo supuestos y una real conexión con la vida.
Finalmente, la educación para la democracia requiere que la escuela se convierta en una institución que sea provisionalmente un lugar de vida para el niño, en la que éste sea un miembro de la sociedad, tenga conciencia de su pertenencia y a la que contribuya.  Esta teoría esta mucho menos centrada en el niño y más en el maestro de lo que se suele pensar.
Su convicción de que la escuela, tal como la concibe inculcará en el niño un carácter democrático, se basa menos en la confianza de las capacidades espontáneas y primitivas del niño que en la aptitud de los maestros para crear en clase un entorno adecuado.
  
REFERENCIAS
-          Dewey J, (1998). Democracia y Educación, Una Introducción a la Filosofía de la Educación, Tercera Edición, Ediciones Morata, S. L. Madrid
Westbrook, R. (1991). John Dewey and American democracy. Ithaca. Cornell University Press. 

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